Todo hombre está llamado a hacer de sí y de la comunidad un continuo progreso. Este progreso solo se hace posible en la medida en que la persona, conservando su LIBERTAD, IDENTIDAD y CONCIENCIA, reconozca que ante el hay tres realidades o aspectos de los cuales le es imposible desprenderse o aislarse.
PROGRESO: La persona siente la necesidad de ir más allá de si mismo, de todo cuanto lo limita, de elevar el espíritu, soñar, ser creador de algo, un sistema, una empresa, un hogar una vida.
EXCELENCIA: La persona debe alcanzar la madurez que nos permite la realidad dentro de sus mejores posibilidades de ser y obrar, de acuerdo con su vocación integral humana.
BONDAD: La formación de carácter en los niños entendido o como aquello dentro de la persona que regula su comportamiento moral y que lo puede a hacer el bien.
NOBLEZA: Es función esencial en la Educación humanizar, es decir, ayudar al hombre, plenamente humano del orden de la cultura; la cultura tiene una finalidad esencialmente humanizadora, se comprende entonces, que nuestro fin es el humanizar al niño sin desviarlo antes bien. Orientando eficazmente a su fin último, la educación resultará más humanizadora en la medida en que más se obra la trascendencia es decir, a la verdad y al sumo bien. El estudio, la práctica viva de esta filosofía, la creencia permanente en la posibilidad de un mundo mejor, deben enseñarnos a manejar este mundo material en nuestro servicio, sin dejarnos esclavizar por él, sin destruirlo, mejorándolo y amándolo. Al lograr la integración real y práctica de estas realidades habremos sentado las bases fundamentales para la formación integral de nuestros educandos, pero además se señala a la comunidad el camino para la convivencia fraterna dentro y fuera del colegio. Solo el compromiso real de cada elemento de la comunidad educativa surgirán las férreas raíces que cristalizarán en nuestra vida la Filosofía del Rafael Pombo con el trabajo constante, este pensamiento que en cada estudiante, en cada padre, en cada maestro terminará por florecer.

